PUBLICACIÓN | CUADERNOS DEL CONDADO V
El viernes 22 de noviembre, el Ateneo de Ilugo presentó el V número de la Colección Cuadernos del Condado. Un estudio del investigador ateneísta D. José Domínguez Cubero, titulado El mobiliario renacentista retablístico y coral en las parroquias de Santisteban del Puerto.
La Colección fue comenzada por el fundador del Ateneo D. Joaquín Mercado Egea, y su colección está ofrmada por los títulos:- Felipe IV en las Andalucías (JAÉN 1980). Joaquín Mercado Egea.
- Jorge Manrique y Garcilaso, Glosas Giennenses (JAÉN 1980). Joaquín Mercado Egea.
- Don Diego de Benavides y de la Cueva, XVIII Virrey del Perú (JAÉN 1990). Joaquín Mercado Egea.
- Santa María del Collado en Santisteban del Puerto. Aproximación a un posible Ritual Mozárabe. (JAÉN 2018). Pablo Jesús Lorite Cruz.
La presentación del libro estuvo a cargo de D. Francisco Armijo Higueras, Presidente del Ateneo de Ilugo. El trabajo recorre con minuciosidad interesantes aspectos artísticos que atesoran la parroquia de San Esteban Protomártir y el santuario de Santa María del Collado.
Don José Domínguez, Doctor en Historia del Arte, Consejero del Instituto de Estudios Giennenses, miembro destacado de la Real Academia de Bellas Artes Nuestra Señora de las Angustias de Granada, sabe leer entre líneas, posee la visión estereoscópica de la vida de un templo intuyendo su memoria escondida. Y aquí lo demuestra en esta pequeña pero densa investigación.
Su capacidad de análisis lo ha convertido en toda una referencia en lo que respecta al arte sacro andaluz y en especial de la provincia de Jaén. Su personalidad se ha curtido en el examen de más de mil capillas, iglesias y catedrales. Es don José un investigador incansable, un certero ensayador de centenares de detalles artísticos que a cualquiera nos pasarían desapercibidos. Su misión, recuperar la memoria de aquellos objetos artísticos que visten de gala nuestros espacios sagrados, consecuencia de una devoción inquebrantable a través de los años.
En este trabajo que vas a comenzar a leer, el autor pone nombre y apellidos a los artesanos ambulantes, un mundo de gremios, de aprendices y maestros anónimos que a pesar de encargos y contratos ceñidos, fueron capaces de legarnos verdaderas obras de arte de las que sentirnos orgullosos. Evidenciar sus firmas es otorgarles la justicia de
convertirlos en artistas.
Tenéis que leer este preciso tributo que añade otro hilo más a la compleja urdimbre de la memoria histórica y artística de nuestra tierra.
Jacinto Mercado en el prólogo.
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